martes, 7 de junio de 2011

LA LLAMA DE UN CANDIL

Absorto en los linderos de la noche
contemplo el mar abierto ante mis ojos
y memoro las aguas de otros mares
teñidas como éstas de amaranto
cuando las besa el sol,

días de antaño
que surcan la memoria
despertando las ansias de volver,
y me pregunto
si habrán nuevos rincones como otrora
en ese devenir que está a mi puerta
mordiendo las entrañas por la espera.

¿Es demencia creer que pueda oír
el trino de gorriones otra vez
al despuntar el alba?
¿Que lata el corazón ante la vida
y aleteen alondras sobre mí?

Amigos que leéis las dudas que me afligen,
decidme;

¿Es posible que queme la cera por dos veces?
¿Cómo salvar el fuego del Infierno?
¿Cómo rasgar las redes que me atrapan?
¿Y cómo respirar la libertad
aprisionada?

Diréis que es fantasía y no es así.
La fe no me abandona
mientras alguien mantenga el candil de la esperanza.
_______._______

3 comentarios:

Narci M. Ventanas dijo...

Creo que nunca es tarde para quemar la cera una vez más, y tampoco para esperar que esa vez no sea la última ni la mejor, y para mantener encendido el candil de la esperanza sólo es necesario reponer su aceite de vez en cuando.

besos

Carlos Serra Ramos dijo...

Jajajaja, Narci, otra vez despertaste ni risa a carcajdas. Mejor remedio no puede haberlo, jajaja, aceite, sí, señora.

Y bien, tomado como tropo no cabe duda de que la esperanza debe alimentarse con la fe.

Un abrazo con el gran afecto que te guardo, querida amiga.
...................Carlos

Unknown dijo...

Bonita foto la del candil