jueves, 30 de junio de 2011

Nononó


Las sombras del pasado no me duelen,
si acaso es el pesar
por la luz que alumbró alguna de mis sendas.
Nostálgica de soles apagados
que la memoria guarda.

No hay por qué prolongarme en el ayer
cuando mantengo el verde de las hojas
aun sea con colores macilentos
que tiño de amaranto.

¡Si sigue en mí la savia
que asciende por los tallos
verdeando al calor
de un nuevo sol que luce hasta en la noche
para abrazar el alba!

Nueva ilusión que nace y muere
en cada curva,
en cada cisma
escondido en amagos del Destino
que igual que te comisa te regala.

No voy a preocuparme,
no, no. Nononó
porqué nací desnudo y desnudo voy
con mi traje de piel por todo abrigo
y abierto el corazón con sólo un toque...

para rendirlo al pie de la esperanza,
qué nací hombre, pero soy cigarra
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martes, 14 de junio de 2011

Un te amo sin remitente



Cegado por los celos, vi el abismo,
de un mundo que se abrió sólo a la muerte
que el mundo no era vida sin tenerte
y muerte, por un amor puro espejismo.

No entiendo tu lamento y tu incordura,
quizá por ser dolor de arrepentida
hoy vuelvas lamiéndote la herida
cuando la herida es mía y aún supura.

Marché sin un reproche, aunque dijera
que era baladí tu alegatorio,
y por herirme, Dios te maldijera.

Un “Te amo” sin firma ni remite
en la esquela guardada en tu escritorio
fue una daga. Permíteme el desquite.
                        ***
Que enmudezca mi voz cuando la llame
en las noches de amor regurgitado
confundiendo la luna con su espectro
y un mar envenenado por sus besos.
                          *
                          *                         

jueves, 9 de junio de 2011

EL AMOR DE UNA SIRENA



Ya no hay poesía en mi decir
más allá del epitafio
por el amor de una sirena.

Dos mundos diferentes nos separan
y de nada valen
los besos deseados
ni el fuego que nos quema el corazón.

Ya no me basta verla de lejos
o el eco de su canto
que escucho en la espiral de caracolas.
             
Réquiem por un amor en embrión

sentenciado a ser nonato
que condena de igual modo mi poesía
y merece el epitafio:

¡Qué bien están los muertos en sus nichos!
                       ***

martes, 7 de junio de 2011

LA LLAMA DE UN CANDIL

Absorto en los linderos de la noche
contemplo el mar abierto ante mis ojos
y memoro las aguas de otros mares
teñidas como éstas de amaranto
cuando las besa el sol,

días de antaño
que surcan la memoria
despertando las ansias de volver,
y me pregunto
si habrán nuevos rincones como otrora
en ese devenir que está a mi puerta
mordiendo las entrañas por la espera.

¿Es demencia creer que pueda oír
el trino de gorriones otra vez
al despuntar el alba?
¿Que lata el corazón ante la vida
y aleteen alondras sobre mí?

Amigos que leéis las dudas que me afligen,
decidme;

¿Es posible que queme la cera por dos veces?
¿Cómo salvar el fuego del Infierno?
¿Cómo rasgar las redes que me atrapan?
¿Y cómo respirar la libertad
aprisionada?

Diréis que es fantasía y no es así.
La fe no me abandona
mientras alguien mantenga el candil de la esperanza.
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