Mis dedos acarician el teclado
sin descubrir la tecla
que busca el sentimiento introvertido
en el rincón del alma;
Porque navego sobre un mar de dudas
a volandas del viento del deseo,
y un vértigo de abismos
que ciega la razón.
Quizá en la introspección pueda
encontrar
respuesta a esta pregunta,
la tecla que ha de abrirme otro sendero
y asuma mi destino.
*
Las sombras del ayer sólo son
sombras
que desvanecen si la luz se asoma.
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