viernes, 5 de julio de 2013

¡Quizás!



Siento frío, sí,
tengo la piel caliente
y el corazón helado,
se me acelera el pulso
y trémula la voz 
no acierta a pronunciar un nombre.

Sereno el pensamiento
se ofusca con las letras
que la memoria niega,
e intenta remover
al lecho mortuorio, un tiempo
de anhelos y suspiros

Quizá un día despierte de este coma
repuesto de amargura 
y borre el epitafio: 
“Aquí yace mi mundo ilusionado” 
y pueda perdonar sin que me duela.

Quizá, 
         quizá... 
                 ¡Quizás!
se asome el sol a mi ventana.
                   *