martes, 9 de agosto de 2011

Un último mensaje


 Hoy me faltas, amor,

me faltan tus besos,
me falta tu abrazo,
me falta tu aliento,
me falta tu voz.

Tú, me faltas.

Y no estás,
y mi alma se apaga,
mi boca reniega,
la ilusión se esconde
y un pájaro negro
en mi ventana asoma.

Hoy te llamé...
sabiendo que era inútil,
quizá para contarte que mañana,
pudiera estar dormido y no responda
si me llamas,
que no oigan mis oídos,
mi voz esté callada
y ausentes los sentidos.

Pero…
quizás en tu buzón
un último mensaje
te diga que te amé…
                   Y que me fui.
             
               *

4 comentarios:

María dijo...

Amigo, Carlos:

¡cómo me gustan tus versos! no hay nada más agradable que venir a tu blog a leerte.

Me encanta cuando veo una entrada tuya publicada, y ésta no la he visto hasta hoy, se me ha pasado, porque acabo de comprobar que la escribiste ayer.

Cuando falta la esencia de la persona amada, es como si faltara el oxígeno para respirar.

Y tus versos como siempre me inspiran, amigo mío.

No estás,
no te veo,
no te siento,
no se encuentra tu mirada,
no percibo tu aliento.

Pero me queda tu recuerdo,
tus húmedos besos,
tu abrazo que me abriga,
el palpitar de tu corazón,
el susurro de tu voz,
la fragancia de tus caricias.

Un beso, de mi ventana a la tuya.

María BlancaNieves dijo...

Desgarrador poema. Del fina yo agrego: ¡Jamás rendirse! ¿Acaso no es el amor lo que finalmente nos mueve?

Otro excelente poema Carlos. Llegas, te instalas y transmites con una fuerza que...

Carlos Serra Ramos dijo...

Me halagas querida amiga, y no debiera decirlo por decoro, pero me gusta, me gusta porque creo que lo haces de corazón, me estás demostrando ser la puntual seguidora de mi poesía y ello aunque falta de modestia gusta al autor y yo te lo agradezco por el estímulo que supone para seguir escribiendo.

La noche que en mi alcoba
se haga realidad
la imagen del deseo
no cerraré mis ojos
y velaré su sueño.


Mi besos llaman en tu ventana.
..................Carlos

Carlos Serra Ramos dijo...

Me gusta que lo encuentres desgarrador porque con ese desconsuelo lo escribí esa noche. Todos tenemos días, horas o lagunas en que se nos ensombrece el cielo, pero el poeta siente la necesidad de escribirlo mientras que otros habrá que se tomarán un whisky para recobrarse.

Nos hunde, sí, nos menea como a una coctelera, nos eleva, nos hunde y mueva de derecha a izquierda hasta sentir vértigo.

Y el final, pues no creas que es tan descabellado, nos asusta por lo que supone de renuncia pero yo tuve amigos que me dijeron que cuando faltan objetivos a la vida ya ésta se ha perdido.

Mis besos en ti con todo mi cariño, querida BlancaNieves