miércoles, 10 de agosto de 2011

Compañera de viaje

A ti, inseparable amiga mía

que siempre estás conmigo
en el jardín rosado de mis flores
y en las oscuras calles de mis noches
cruzando las esquinas.


Qué más voy a contarte que no sepas,
tal la brisa que sabe de mis horas
y del refugio oculto donde habito
memorando la luz que me alumbraba,
aún, entre la niebla.


Querida compañera de viaje,
como la sombra estás en mí, cada vez más,
adherida a la piel y sentimiento;

no te rehúso, pero ¡déjame ya!
que esperan a mi puerta otros candiles
y puede ser que el sol
penetre en mi ventana.
 

                           *
Ya volverás, que sé de tu afición
por mis pesares
y el deseo de ser
el último suspiro de mi tarde.
                          *